Buenas tardes Bloggeros, creemos que es de gran importancia para el diseño de actividades hablaros de los 12 criterios que propone Raths (1971), ya que gracias a estos criterios podemos elaborar materiales de enseñanza-aprendizaje que tengan
un cierto valor pedagógico.
El primero criterio hacer referencia a que una actividad es más educativa, si el alumnado participa
sobre el diseño y puede decidir aspectos relevantes del mismo. Es más educativa que otra que no tiene esta
posibilidad de participar.
Por ello creemos que también es importante, asignar al alumnado papeles activos en vez de pasivos, debemos ver los materiales como algo más que llenar y copiar fichas.
Debemos hacer que los estudiantes indaguen sobre problemas, que partan de la realidad que están viviendo. Buscar sus principales intereses, y que aspectos pueden llamar más su atención.
No debemos olvidar, que una actividad es más gratificante que otra, si ésta propicia que los niños actúen con objetos, materiales y artefactos reales.
Debemos procurar hacer actividades abiertas, en vez de cerradas. Es decir que solo tiene una solución posible. Un ejemplo de actividad abierta es cuando le pedimos al alumnado que haga el resumen de una actividad. Las características de la redacción, la extensión, etc. dependerán de cada alumno/a. En actividades abiertas dejamos que el alumnado se exprese y realice la actividad según su parecer. Dejamos un alto margen para la creación y creatividad, sin embargo con una actividad cerrada como puede ser un test, no dejamos que el alumno muestre sus capacidad. Simplemente hay una respuesta única, o fallas o aciertas la pregunta.
De actividades con respuestas cerradas tenemos el ejemplo cercano del trabajo que estamos realizando sobre el Jclic. Este tipo de programas realiza actividades cerradas, que solo tienen una dirección y solo tienen una respuesta individualizada.
Siguiendo con los criterios, debemos procurar que los estudiantes examinen una idea, y que partan de la realidad de una problemática actual. Que las actividades propicien un pensamiento crítico, y que lo refuercen a través de sus intereses.
Debemos conseguir que los estudiantes corran riesgos, que el alumnado se arriesgue en hacer actividades nuevas, que se equivoque haciéndolas pero al equivocarse también sabemos que están aprendiendo.
Debemos fomentar que el alumnado revise y relabore trabajos anteriores, que el alumno/a compruebe su propia madurez tras haber pasado un tiempo. Así podremos comparar el aprendizaje adquirido con el inicial.
Debemos aprovechar la posibilidad de compartir resultados con otros compañeros, trabajar por proyectos. Enriquecerse del trabajo aportado por otras personas, en conclusión un aprendizaje colaborativo.
Y todo esto no se cumple sin un claro compromiso del alumnado, su participación es imprescindible para hacer un buen trabajo colaborativo.
Como buenas profesionales de la educación, creemos que debemos tener en cuenta estos criterios antes de realizar materiales educativos. No es suficiente con saber mucho de algo, es necesario saber llegar y transmitir al alumnado estos conocimientos. Y la mejor forma de llegar a este aprendizaje es con un buen trabajo colaborativo, y una buena motivación de éxito educativo.
Un saludo, hasta la próxima!!
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